Nothing says summer like ice cream. Down by the river on Division Street, the Blast dishes out soft serve treats like flurries, frosties and cones. But the Blast’s Manager Eric Simon says the shop brings more than sweet treats to the community.
“We bring happiness,” Simon said. “Who doesn’t like ice cream?”
Owner Alex Morgan shares Simon’s love for ice cream. Her husband Tyler Morgan has owned the Blast in Owatonna, Minnesota for eight years. Together, they talked about expansion, but they didn’t want to go just anywhere. When the Morgans were brainstorming possible locations, Northfield stood out.
“We started looking at Northfield and it was like — that's it,” Morgan said. “We asked ourselves, ‘What did they need? What did we have?’ and this community was perfect.”
The Blast opened in Northfield last summer. The shop operates seasonally from mid-March to the end of September and employs 30 high schoolers and college students. Having young employees that live and work in Northfield helps create a community feel, according to Morgan.
But Simon says Morgan is often the one setting the tone for her employees.
“I wouldn't consider her like a boss or the owner,” Simon said. “She's right there with you doing whatever needs to be done.”
Morgan’s work ethic stems from her love for ice cream, her employees and the community. When she is not at the shop, Morgan holds other positions. Morgan and her husband are crop farmers in Medford, Minnesota, where they raise their two girls: Penelope and Maisie.
While she loves all her roles, Morgan says there is something special about ice cream.
“I think it’s one of the happiest jobs you can have,” Morgan says. “You get smiles. You get conversations of all different kinds, meeting all different kinds of people.”
Once the ice cream treats are gone and stomachs are full, Simon and Morgan have other hopes. For Simon, he hope smiles lure customers back.
“I hope customers walk away with a sense of a good product at a great price,” Simon said.
While ice cream is delicious, Simon recognizes that cool treats eventually melt away. A conversation after some ice cream, however, sticks with someone. Morgan says these stay-a-little-longer chats beside the Blast promote the community aspects of ice cream.
“I want that sense of community down by the river in a beautiful spot,” Morgan says. “I hope their bellies are full, their hearts are full and the communication keeps going.”
Throughout the summer, Morgan and Simon will continue working beside the Blast’s employees and communicating ice cream’s benefits — happiness and fullness.
The Blast’s Owner Alex Morgan and Manager Eric Simon have their favorite sweet treats too. They recommend the puppy chow and cookie dough flurries! Photo by City of Northfield, Emma Conway.
El verano es una explosión (blast) — en la heladería
La heladería Blast abrió el verano pasado. Hoy en día, siguen sirviendo dulces con una sonrisa.
No hay nada más veraniego que un helado. Junto al río, en la calle Division Street, la tienda Blast ofrece helados blandos, helados y conos. Pero el gerente de Blast, Eric Simon, dice que la tienda aporta algo más que dulces a la comunidad.
“Traemos felicidad,” dijo Simon. “¿A quién no le gusta el helado?”
La propietaria Alex Morgan comparte el amor de Simon por los helados. Su marido, Tyler Morgan, es propietario de Blast en Owatonna (Minnesota) desde hace ocho años. Juntos, hablaron de expandirse, pero no querían ir a cualquier sitio. Cuando los Morgan pensaron en posibles ubicaciones, Northfield destacó.
“Empezamos a mirar a Northfield y fue como — eso es todo,” dijo Morgan. “Nos preguntamos: ‘¿Qué necesitaba Northfield? ¿Qué tenemos nosotros?’ y esta comunidad era perfecta.”
The Blast abrió en Northfield el pasado verano. La tienda funciona por temporadas desde mediados de marzo hasta finales de septiembre y emplea a 30 estudiantes de secundaria y universitarios. Tener empleados jóvenes que viven y trabajan en Northfield ayuda a crear un sentimiento de comunidad, según Morgan.
Pero Simon dice que Morgan es a menudo la que marca la pauta a sus empleados.
“No la consideraría como una jefa o la dueña, dijo Simon. “Ella está ahí contigo haciendo lo que hay que hacer”.
La ética de trabajo de Morgan surge de su amor por el helado, sus empleados y la comunidad. Cuando no está en la tienda, Morgan desempeña otros cargos. Morgan y su marido son agricultores en Medford, Minnesota, donde crían a sus dos hijas: Penélope y Maisie.
Aunque le encantan todos sus papeles, Morgan dice que el helado tiene algo especial.
“Creo que es uno de los trabajos más felices que puedes tener”, dice Morgan. “Consigues sonrisas. Consigues conversaciones de todo tipo, conocer a todo tipo de personas”.
Una vez que los helados se han acabado y los estómagos están llenos, Simon y Morgan tienen otras esperanzas. Para Simon, espera que las sonrisas atraigan a los clientes.
“Espero que los clientes se vayan con la sensación de un buen producto a un gran precio”, dijo Simon.
Aunque el helado es delicioso, Simon reconoce que las golosinas frías acaban derritiéndose. Sin embargo, una conversación después de un helado se queda con alguien. Morgan dice que estas charlas más prolongadas junto al Blast promueve los aspectos comunitarios del helado.
“Quiero esa sensación de comunidad junto al río en un lugar precioso”, dice Morgan. “Espero que sus estómagos estén llenos, sus corazones llenos y que la comunicación siga adelante”.
A lo largo del verano, Morgan y Simon seguirán trabajando junto a los empleados del Blast y comunicando los beneficios del helado: felicidad y saciedad.
La propietaria de The Blast (La explosión) Alex Morgan, y el gerente, Eric Simon, también tienen sus golosinas favoritas. Recomiendan el puppy chow y los flurries de masa de galleta. Foto de la ciudad de Northfield, Emma Conway.